Educar al niño para que se alimente mejor, un camino para luchar contra el colesterol

En un artículo publicado en 20 Minutos ésta semana se hace hincapié en importancia de la educación alimentaria. El colesterol es uno de los factores de riesgo más importantes en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, y hay que prevenir su exceso desde el principio. El 22% de los niños en edad escolar presentan valores de colesterol superiores a 200 mg/dl, una cifra alarmante. Así lo han destacado los expertos que han participado en el 62º Congreso de la Asociación Española de Pediatría. Los especialistas han incidido en la necesidad de reducir también el consumo de grasas como medida de prevención de la hiperlipidemia.

De igual modo, han insistido en que llevar una dieta saludable y realizar actividad física suficiente y regular son los principales factores de promoción y mantenimiento de una buena salud durante toda la vida. Y es así porque los hábitos de alimentación y vida son los principales factores del desarrollo de patologías tales como la hipertensión, la hiperglucemia, hiperlipidemia, sobrepeso u obesidad, así como de las principales enfermedades crónicas como las cardiovasculares, el cáncer o la diabetes.

La grasa de la dieta es un nutriente de extraordinaria importancia a cualquier edad y sobre todo en las primeras etapas de la vida, y es tan importante o más la calidad de las grasas consumidas ya que, los distintos ácidos grasos, tienen diferentes efectos funcionales. Un incremento de grasas mono y poliinsaturadas con reduccion de las saturadas (inferior al 10) evitando las grasas trans (inferior al 1%) puede jugar un papel fundamental en la prevención primaria de la arteroesclerosis en niños y adolescentes.

Otro hecho destacado por los expertos durante su intervención, es la escasez de datos sobre la ingesta de grasas en niños y adolescentes españoles. Uno de los más interesantes es el estudio Enkid llevado a cabo en una población de los 2 y los 24 años de edad. El mismo, muestra datos sobre la ingesta lipídica en niños y adolescentes españoles, en cantidades próximas al 40% del valor calórico total en muchos casos, con una ingesta de grasas saturadas del 13,4% lo que supera, claramente, las recomendaciones actuales.

Respecto a la ingesta de sal en la dieta y más concretamente a los niveles de la misma en los niños, hoy en día se conoce que un alto consumo de sal en niños también influye en su presión sanguínea y les predispone al desarrollo de enfermedades como la hipertensión, la enfermedad cardiovacular, osteoporosis, obesidad, enfermedad renal e incluso cáncer gástrico.

Los expertos han afirmado que el gusto de los niños por la comida salada es una preferencia aprendida por lo que podemos prevenirla si los niños no se acostumbran al consumo de productos y comidas con excesiva sal. De ahí la necesidad de proporcionar una dieta baja en sal. Las recomendaciones en la infancia según el grupo PreVIFAd es reducir el aporte de sodio en la dieta a 1.2 g/d en niños de 4 a 8 años y a 1.5 g/d para niños mayores.

Como conclusión, los expertos realizan las siguientes recomendaciones nutricionales para niños mayores de 2 años:

Consumir una dieta lo más variada posible

Beber suficiente cantidad de agua

Promocionar la actividad física regular

Evitar el sedentarismo

Un aporte calórico en relación con la actividad y consumo de grasas poliinsaturadas en proporción no superior al 10% del aporte total

Fuente : 20 Minutos