La dieta y el ejercicio físico pueden ayudarnos a prevenir la enfermedad cardiovascular

Las personas que presentan Hipercolesterolemia Familiar o padecen Diabetes tipo 2 y que a menudo tienen sobrepeso a pesar de estar tratadas, pueden experimentar numerosas complicaciones, especialmente el desarrollo de enfermedad cardiovascular. Datos proporcionados por estudios de larga duración han demostrado que modificaciones en la dieta junto con el ejercicio físico pueden reducir el riesgo de desarrollar diabetes y mejorar el control del colesterol.

En EEUU los casos de diabetes -de los que el 90% eran de tipo 2- supusieron un coste a la industria de la salud en torno a los 245.000 millones de dólares, siendo la mayor parte de los mismos destinados a tratar las complicaciones de la enfermedad, como el daño renal, la ceguera o la afectación neurológica y también la enfermedad cardiovascular. Sin embargo, los datos proporcionados por estudios de larga duración indican que el ejercicio físico junto con la modificación de los hábitos dietéticos, pueden reducir en gran medida el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

Más de dos tercios de los norteamericanos adultos tienen sobrepeso o son obesos. Debido a que el sobrepeso es el factor de riesgo de mayor importancia para padecer diabetes tipo 2, significa que hay muchas personas con riesgo de padecer la enfermedad y sus numerosas complicaciones. De acuerdo con el Centro para el Control y la prevención de Enfermedades (CDC en sus siglas en inglés), en la actualidad hay 29 millones de personas que presentan esta enfermedad. Y se estima que para el 2050 uno de cada tres norteamericanos adultos puede ser diagnosticado de diabetes.

Por tanto, es necesario poner en marcha iniciativas que ayuden a los pacientes, a entender que ellos pueden contribuir de forma importante en la mejora de su salud, concienciándose de que la modificación de sus hábitos de vida les corresponde a ellos directamente. Es cierto que no podemos hacerlo de la noche a la mañana, pero si podemos ir introduciendo pequeños cambios en el día a día. Si nos referimos a los alimentos, un primer paso sería acostumbrarnos a comprobar el etiquetado antes de comprarlos.

En esta línea trabaja la Doctora Mónica Peek, médico de atención primaria que llevaba muchos años indicando en su consulta que los alimentos pueden funcionar como medicamentos, pero que no fue hasta que comenzó a prescribir algunos alimentos y nutrientes a sus pacientes, hasta que estos comenzaron a interiorizar sus indicaciones. Peek se encuentra a cargo del proyecto Diabetes de Chicago. El programa incluye divulgación acerca de la Diabetes de tipo 2 y de sus consecuencias. Sin obviar el tratamiento farmacológico de estos pacientes, ofrece educación acerca de los alimentos más saludables y adecuados incluyendo visitas a supermercados y tiendas de alimentación, en los que un nutricionista hace de guía instruyendo a los pacientes acerca de los alimentos más adecuados que deben consumir y aquellos otros que deben evitar.

Esta no fue la primera iniciativa médica para prevenir la diabetes tipo 2. Con anterioridad y en este sentido, en el 2002 se produjo un estudio que involucró a 3000 pacientes con sobrepeso y prediabetes, que constituyó un hito histórico en los ensayos del Instituto Nacional de Salud (NIH). El estudio que tuvo una duración de tres años demostró como los pacientes que adoptaban hábitos de vida saludables podían ver reducido su riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en un 58%, mientras que los pacientes que tomaban un medicamento para reducir la glucosa en sangre disminuyeron el riesgo de desarrollar la enfermedad en un 31%.

El seguimiento al conjunto de los pacientes se prolongó durante 15 años, tiempo en el que se constató que el grupo que había cambiado los hábitos alimenticios adoptando una dieta saludable de tipo mediterránea, disminuyó un 27% su riesgo frente al grupo control, con el que no se había actuado ni a través de una dieta ni mediante el suministro de fármacos.

A pesar de que realizando únicamente ejercicio y siguiendo una dieta saludable no se va a revertir la diabetes tipo 2 cuando esta ya presente, se puede ayudar a disminuir la gravedad de los síntomas, mejorando los niveles de colesterol y la tensión arterial a la vez que se reduce el tratamiento farmacológico.

En otro estudio, se hizo un ensayo con un reducido número de personas con diabetes tipo 2, a los que se separó en dos grupos. A uno de ellos se le instruyó para que preparase menús de acuerdo a una dieta mediterránea saludable, mientras que al segundo se le dieron nociones básicas de nutrición. Tras seis meses de seguimiento se evidenciaron mejoras significativas en el grupo que había seguido la dieta mediterránea, tanto en los niveles de colesterol como en el control de la tensión arterial.

Dichos resultados refuerzan más la idea de que únicamente con la prescripción como acto repetitivo clínico, no se motiva a los pacientes. Es importante que los profesionales médicos suministren las herramientas adecuadas para que los pacientes adquieran conciencia sobre su enfermedad y tomen parte activa en la gestión de la misma, tomando la iniciativa y modificando sus patrones y comportamientos dietéticos para desarrollar hábitos de vida saludables.

 

Adaptado de la revista TIME: “The Diet Prescription”. Enero 2016.