Efectos peligrosos de las bebidas energéticas
Las bebidas energéticas (BE) se están haciendo cada vez más populares, en especial entre adolescentes y adultos jóvenes. Se comercializan como potenciadores de energía, de la atención y del rendimiento físico. Las BE contienen grandes dosis de cafeína y otros agentes activos y en Estados Unidos se ha descrito su implicación en determinados casos de muerte súbita cardiaca.
Su seguridad ha sido cuestionada debido a informes que han relacionado temporalmente el consumo de BE con eventos cardiovasculares (CV) graves, incluyendo arritmias y muerte súbita cardiaca. Se revisan los ingredientes de dichas bebidas, sus efectos fisiológicos sobre el sistema CV y la evidencia disponible que sugiere que pueden desencadenar trastornos graves del ritmo cardiaco (arritmias).
Las llamadas bebidas energéticas son consumidas por el 30-50% de adolescentes y adultos jóvenes, y la industria ha crecido rápidamente en EE.UU. desde la aparición de Red Bull en 1997. En la actualidad, se venden más de 200 marcas en EE.UU. Por lo general, contienen dosis altas de cafeína, azúcar, taurina, vitaminas y extractos de hierbas tales como guaraná y ginseng. Difieren claramente de bebidas deportivas isotónicas, las cuales no contienen cafeína y están diseñadas para hidratar y reponer electrolitos y carbohidratos. En EE.UU. se suelen vender en latas de 236 a 473 ml y también en formas más pequeñas de 60 a 90 ml pero con dosis similares de cafeína y otros ingredientes.
La seguridad de las BE crea controversia y se ha asociado su ingesta a un creciente número de informes de casos con efectos adversos para la salud. De hecho, se han disparado los casos atendidos en los servicios de urgencias, relacionados con la ingesta de BE a menudo mezcladas con otras substancias tales como alcohol y drogas ilegales, las cuales pueden potenciar los efectos de la cafeína. A continuación, se revisan la composición de las BE, los efectos fisiológicos de su consumo y la evidencia disponible de desencadenar arritmias.
Composición de las bebidas energéticas:
El ingrediente clave en una BE es una dosis alta de cafeína. Una lata de unos 475 ml de una BE típica contiene de 70 a 140 mg de cafeína. Para hacernos una idea, un volumen similar de soda contiene aproximadamente 25 mg, té negro unos 55 mg y café de 85 a 100 mg. Hay otros ingredientes normalmente incorporados como azúcares o derivados, taurina, vitamina B, guaraná y ginseng.
La cafeína puede producir arritmias cardiacas. Se estima que una cantidad de 100 mg puede incrementar la capacidad de alerta en humanos, 250 mg aumenta la presión arterial y 10 g es probablemente letal. Estudios electrofisiológicos en humanos han mostrado que la cafeína acorta los periodos refractarios de aurícula derecha y ventrículo derecho, un efecto que se atribuye a la liberación de catecolaminas.
Las BE contienen grandes cantidades de azúcares fácilmente absorbibles, que contribuyen a la ganancia de peso, resistencia a la insulina, y cambios adversos en los lípidos sanguíneos. Otros ingredientes son complejos de vitaminas B, un grupo de 8 vitaminas solubles en agua que juegan papeles esenciales en diferentes procesos celulares, incluyendo la producción de energía. Cabe señalar que una dieta balanceada proporciona suficientes cantidades de vitaminas B y que no existe evidencia que mayores suplementos de la misma mejoren el rendimiento físico o cognitivo.
Efectos fisiológicos de las bebidas energéticas
Un creciente número de estudios han examinado los efectos hemodinámicos agudos de las BE en jóvenes voluntarios sanos. En uno de estos estudios, a 15 voluntarios sanos se les administró aproximadamente medio litro diario durante una semana de una de las BE comercializadas que contenían 100 mg de cafeína, además de glucosa y suplementos nutricionales. Se demostró un aumento en la presión arterial y en la frecuencia cardiaca (FC) dentro de las 4 horas siguientes a la ingestión de la BE. Otro estudio mostró que la ingestión de una lata de unos 350 ml de Red Bull, incrementó la PA y la FC. Finalmente, se comprobó un incremento en las resistencias cerebrovasculares que resultó en una disminución de la velocidad sanguínea cerebral.
Los autores del estudio consideran que la evidencia actual soporta suficientemente el consejo de no consumir este tipo de bebidas en poblaciones de alto riesgo, incluyendo pacientes con enfermedad coronaria o miocardiopatías hereditarias. En individuos aparentemente sanos, recomiendan limitar el consumo de BE a no más de una por día. No deberían ser combinadas con alcohol porque puede aumentar la tendencia a desarrollar una arritmia.
Fuente: Journal Cardiovasc Electrophysiol. 2017;28:711-717 y Sociedad Española de Cardiologia
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