Dieta y salud cardiovascular

Una dieta saludable es uno de los factores más importantes para la prevención de las enfermedades cardiovasculares (ECV) y la promoción de la salud. Dado que las ECV son el resultado de un proceso que dura toda la vida, la prevención debe comenzar a una edad temprana y se debe aconsejar a las personas sobre conductas que fomenten la salud, como seguir una dieta y un estilo de vida saludables.

Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte a nivel mundial. Se estima que 17,9 millones de personas murieron por ECV en 2019, lo que representa aproximadamente un tercio de todas las muertes mundiales. De estas muertes, el 85% se debieron a ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. En Europa, las ECV causan 3,9 millones de muertes, lo que representa el 45% de todas las muertes. Y se estima que las ECV en general cuestan a la economía de la Unión Europea 210 mil millones de euros al año.

Entre los factores dietéticos que influyen en las muertes cardiovasculares se encuentra una dieta rica en carnes rojas y con bajo contenido en fibra, frutas, cereales integrales, legumbres, verduras, frutos secos y semillas, ácidos grasos omega-3 procedentes de pescados, así como una dieta rica en sal, carnes procesadas, bebidas azucaradas y ácidos grasos trans. Estos últimos se encuentran en productos procesados, bollería industrial y en la conocida como “comida rápida”. Podemos saber que el producto lleva grasas trans leyendo el etiquetado.

Para mejorar y cuidar la salud cardiovascular, además de la actividad física regular, no fumar y limitar el consumo de alcohol, es importante reducir la ingesta de alimentos de origen animal, así como de alimentos con alto contenido en sal, azúcar y grasas, y aumentar el consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales como parte de un patrón de dieta basado en plantas. Este patrón en nuestro medio es la dieta mediterránea, que se caracteriza por la abundancia de alimentos vegetales (fuente de antioxidantes) como verduras, frutas, cereales, legumbres y frutos secos; aceite de oliva virgen como principal fuente de grasa; moderado consumo de pescado (ricos en ácidos grasos omega-3), aves de corral y conejo, productos lácteos y huevos.

La dieta mediterránea, además de favorecer la reducción de colesterol LDL y triglicéridos, aumenta el HDL, mejora el desarrollo de la diabetes y contribuye a la pérdida de peso o al mantenimiento de este.

Cuando coma fuera de casa también puede seguir algunos consejos que le ayudaran a seguir una dieta saludable y con un contenido calórico adecuado. Puede encontrar más información sobre una dieta saludable en “Guía para controlar su colesterol” que se encuentra alojada  en el sitio web de la Fundacion HF.

Fuente: Eur J Prev Cardiol 2024. doi: 10.1093/eurjpc/zwae136. Fundacion HF