Se trata de una enfermedad cerebrovascular que afecta a los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro. También se la conoce como Accidente Cerebro Vascular (ACV), embolia o trombosis. Los dos últimos términos, no obstante, se refieren más bien a las distintas causas del ictus. Ocurre cuando un vaso sanguíneo que lleva sangre al cerebro se rompe o es taponado por un coágulo o una placa de ateroesclerosis. Debido a esta ruptura o bloqueo, parte del cerebro no consigue el flujo de sangre que necesita. La consecuencia es que las células nerviosas del área del cerebro afectada no reciben oxígeno, por lo que no pueden funcionar y mueren transcurridos unos minutos.
Signos de un problema cerebro vascular (ictus trombosis o infarto cerebral):
- Debilidad o falta de sensibilidad súbita de la cara, brazo o pierna en un lado del cuerpo.
- Pérdida o debilidad repentina de la visión, especialmente en un ojo.
- Pérdida del habla o problemas al hablar o entender.
- Fuertes dolores de cabeza de forma súbita sin causa aparente.
- Vértigos, pérdida de equilibrio o caídas repentinas inexplicables, junto con cualquiera de los síntomas mencionados.
En cualquier caso, consiga ayuda médica enseguida.
Se trata de una situación aguda y grave que ocurre como consecuencia de la obstrucción de una arteria coronaria por un trombo (un coágulo de sangres que se forma sobre una placa de ateroma) y ello impide el paso de la sangre. La consecuencia final de la obstrucción de la arteria es la muerte (necrosis) del territorio que irriga la arteria obstruida. Por tanto, la importancia del infarto de miocardio depende de la cantidad de músculo cardiaco que se necrosa y está en relación con el lugar en el que se produce la obstrucción y condición de la arteria. El infarto es habitualmente un episodio inesperado. A diferencia de la angina de pecho, no suele tener relación con circunstancias desencadenantes externas, como por ejemplo la actividad física. Además, se puede presentar tanto en personas previamente sanas (pero que habitualmente tienen factores de riesgo) como en pacientes que ya han padecido alguno de los signos de esta enfermedad. Un episodio de infarto se manifiesta por un dolor en el pecho de similares características a la angina pero que se mantiene durante más de 30 minutos. El infarto puede ocurrir en reposo y el dolor no calma espontáneamente. Suele ir acompañado de sudoración, nauseas, vómitos y sensación de angustia. Afortunadamente el corazón tiene una capacidad de reserva importante y, después de la mayoría de los infartos de miocardio, el músculo cardíaco que permanece sano puede realizar el trabajo de bombeo necesario para que el paciente pueda llevar una vida perfectamente normal.
Signos de un infarto:
- Presión torácica con sensación de malestar y de estar lleno.
- Dolor aplastante u opresivo en el centro del pecho durante varios minutos.
- Opresión que empieza en el centro del pecho y se irradia a los hombros, cuello o brazos.
- Malestar torácico con sensación de mareo, sudoración, náuseas o dificultad para respirar.
En cualquier caso, consiga ayuda médica enseguida.
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