Los zumos no purifican el cuerpo de toxinas
La actual moda de que los zumos limpian y retiran las toxinas de nuestro organismo no es correcta. No existen bases científicas para apoyar el experimento del zumo detoxificador o la limpieza del colon tan de moda en la actualidad. Esto no quiere decir que el consumo de zumos ricos en antioxidantes y vitaminas no sea beneficioso para la salud.
La utilización de purificantes se ha extendido en los últimos tiempos tanto como el uso de desinfectante para las manos. Los famosos los usan. Los Spas lo ofrecen. Las tiendas de productos de lujo los comercializan a precios desorbitados. Pero ¿qué es eso de lo que las personas pretende librarse y retirar de sus cuerpos? ¿Hay alguna respuesta científica a esta tendencia?
“La gente está interesada en llevar a la práctica lo que ha venido a llamarse detoxificación, aunque cuando les pregunto de que se quieren deshacer no están del todo seguros” dice el Dr. James H. Greendell, jefe de la sección de gastroenterología y nutrición del Hospital universitario de Winthrop en Nueva York. “Todavía estoy esperando a alguien que me nombre una toxina de la que espera desprenderse”
Los médicos definen las toxinas como algo que entra en el organismo produciendo un daño en él, como es el caso de pesticidas, plomo y anticongelantes; también lo son sustancias como el alcohol o los medicamentos ingeridos en grandes cantidades. En la mayoría de los casos el cuerpo es autosuficiente para llevar a cabo la eliminación de desechos y toxinas, a través de ciertos organismos que llevan a cabo esta función como comenta el Dr. Grendell. La eliminación de las sustancias nocivas fuera del torrente sanguíneo la realizan los riñones y el hígado que llevan a cabo la excreción a través de las heces y la orina.
Cuando se le pregunta acerca de la ayuda que los zumos pueden brindar en la eliminación de estas toxinas, el Dr Grendell no encuentra evidencias científicas de que los jugos, zumos u otros alimentos realicen una función purificadora y de limpieza sobre sustancias indeseables. La Dra. Antoinette Saddler, gastroenteróloga de la Universidad de Washington accedió a leer un blog acerca de las purificaciones y limpiezas que pueden encontrarse on-line y no esconde la perplejidad que la produjo desde el principio. En ellas, se afirma que los zumos que integran las dietas purificadoras hacen que el estómago descanse. ¿Descansar para qué y de qué? se pregunta. ¿Quién dice que una disminución en la función y el proceso digestivo del estómago es beneficiosa?
Cuando inevitablemente llego a la proclama “Los zumos detoxificantes permiten al organismo tener más acceso a los recursos que necesita para llevar a cabo la detoxificación e incluso ayudar en a comenzar la retirada de las toxinas y desechos acumulados en el organismo” ¿Que significa esto? se preguntó molesta y dejó de leer.
Lo cierto es que el blog, fue escrito por un médico, el Dr. Woodson Merrell, autor del libro “The Detox Prescription”. Merrel por vía telefónica se muestra resignado ante el desdén con el que los gastroenterólogos acogen su “tratado”. Considera que “los norteamericanos deben consumir más vegetales y que si el consumo de estos se hace a través de zumos detoxificantes bienvenidos sean, pues son más accesibles y se digieren y absorben con facilidad”. En cuanto a proporcionar un descanso al estómago y al trabajo que realiza este, se muestra partidario de un adecuado proceso de masticado, aunque en su opinión no todas las personas lo realizan adecuadamente, y en este sentido los zumos pueden facilitar el proceso digestivo.
Los zumos y jugos -continúa- “deben contener todas las partes de la fruta o del vegetal, incluyendo la fibra. De este modo se aportan nutrientes que ayudan al hígado en el proceso de eliminación de las toxinas”
La misma confusión rodea a los purificantes y detoxificantes del colon. La Dra Saddler comprende el poder de marketing y el atractivo que estos productos generan en el consumidor, bajo proclamas como: “limpia tu organismo de toxinas y comienza a experimentar los beneficios que producen en tu abdomen”. Desafortunadamente, como ella piensa, estas consignas además de carecer del necesario rigor científico generan confusión.
Fuente: The New York Times, Abril 2016
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