Centrándonos en la nutrición: ¿Qué hay dentro y fuera de una dieta saludable?

La investigación sobre los alimentos que comemos y los suplementos nutricionales que tomamos siempre generan atención médica. Además de nuestro interés científico, puede ser que todos estemos esperando que los alimentos que amamos resulten ser saludables para el corazón. En el Congreso de este año de la Sociedad Europea de Cardiología se revisaron algunas de las investigaciones nutricionales más recientes.

Algunos alimentos y aditivos han generado controversia durante mucho tiempo. Las guías de prevención de la enfermedad cardiovascular (ECV) recomiendan que menos del 10% de la ingesta diaria de energía debe provenir de las grasas saturadas, pero ¿son todas las fuentes iguales? Investigadores del Departamento de Salud de la Universidad de Oxford, analizaron los datos de la evaluación dietética de 114.285 participantes del Biobanco del Reino Unido que no tenían enfermedades CV en el momento de la evaluación.

Los participantes fueron seguidos durante una mediana de 8,5 años. No se encontraron asociaciones significativas entre la ingesta de ácidos grasos saturados y la ECV total, la cardiopatía isquémica y el accidente cerebrovascular. La grasa saturada de la carne (a diferencia de la de las aves de corral, el pescado y las fuentes lácteas) se asoció positivamente con la ECV total, independientemente de otros factores de riesgo CV y estilos de vida. Curiosamente, el reemplazo del 5% de la ingesta de energía de la carne con carbohidratos derivados de los cereales enteros, frutas y verduras redujo el riesgo de accidente cerebrovascular.

Otra fuente de controversia en los últimos años ha sido la cantidad de sal (páginas 40-43 de la guía cambios en su estilo de vida) que se debe recomendar en las dietas. El Salt Substitute and Stroke Study” fue un ensayo abierto y aleatorizado que reclutó a 20.955 participantes, con antecedentes de accidente cerebrovascular o a personas de ≥ 60 años con presión arterial elevada, de 600 aldeas en las zonas rurales de China. Se asignó de manera aleatoria para cada aldea el uso de sal común o de un sustituto de la misma. El seguimiento fue de 4,7 años y mostró una reducción del 14% en el accidente cerebrovascular y del 13% en los eventos de ECV en las personas que utilizaban un sustituto de la sal. Los resultados demostraron una forma práctica de lograr un cambio en el consumo de sal que fue efectivo y barato para disminuir los eventos cardiovasculares.

En nuestras vidas, a menudo muy ocupadas, es fácil buscar alimentos preparados, pero debemos tener en cuenta si se trata de alimentos procesados o alimentos ultra-procesados. Los alimentos ultra procesados son aquellos que tienen sabores, estabilizantes, conservantes y productos químicos adicionales que no encontraríamos en la cocina tradicional. Las comidas pre-envasadas, los cereales edulcorados, las patatas fritas, los refrescos y los productos horneados son alimentos ultra procesados. En un análisis de los datos del estudio ATTICA en Grecia, se evaluó la adherencia a una dieta tipo mediterránea (especialmente frutas, verduras y cereales enteros) y el consumo de alimentos ultra procesados, en una población de 2.020 participantes sin ECV. Durante un seguimiento de 10 años, las personas que consumieron más alimentos ultra procesados tuvieron una mayor incidencia de ECV. Esta asociación fue atenuada por una adherencia de moderada a elevada a una dieta mediterránea. Sin embargo, aquellos con una puntuación baja en la adherencia, el riesgo de sufrir una ECV aumentaba en un 19%.

Otro beneficio para la salud se observó con el consumo moderado de café en un análisis de 468.629 participantes del Biobanco del Reino Unido sin enfermedad cardíaca en el momento del reclutamiento. En modelos multivariables ajustados por otros factores de riesgo cardiovascular, el consumo de café de ligero a moderado se asoció con una reducción del 12% en la muerte por todas las causas, una reducción del 17% en la muerte por ECV y un riesgo 21% menor de accidente cerebrovascular en comparación con los que no consumieron café durante el seguimiento de 11 años. Los investigadores concluyeron que tomar hasta tres tazas de café por día se asociaba a beneficios positivos, y que parte del efecto puede deberse a un cambio en la estructura y función cardíaca.

Estos estudios destacan la importancia de las dietas saludables (página 59 de la guía para controlar su colesterol) y que algunos cambios pueden tener efectos favorables en la prevención de las enfermedades cardiovasculares. Al revisar los estudios nutricionales, es importante considerar la calidad general de la dieta y la adherencia a opciones más saludables. Tomar una dieta mediterránea atenuó algunos de los efectos perjudiciales de los alimentos ultra procesados. Aunque se necesita más investigación en muchas áreas, se ha demostrado que una dieta tipo mediterránea es beneficiosa para la salud.

Fuente: Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología 2021. New England Journal of Medicine 2021