Los problemas cardiacos en la mujer

Cuando se pregunta acerca de las características más típicas de un ataque cardíaco, la mayoría de las personas (incluso la mayoría de los médicos) describen a un hombre con un dolor en el pecho aplastante. Pero resulta que esta visión tradicional es incompleta. Las enfermedades cardiovasculares también son la principal causa de muerte en mujeres en todo el mundo y, en los EEUU, causan un número similar de muertes en hombres y mujeres.

El fallo de no reconocer la prevalencia de la enfermedad cardíaca en las mujeres y la variedad de síntomas diferentes a los hombres (sensación de malestar o debilidad general) durante un ataque cardíaco contribuye a retrasos en la atención médica y a la pérdida de tiempo vital en una emergencia cardiovascular.

Incluso tras solicitar ayuda, la atención recibida por las mujeres es peor. Los datos de EEUU, publicados en diciembre del año pasado, mostraron que las mujeres con síntomas de un ataque cardíaco tenían menos probabilidades de recibir aspirina, ser reanimadas o ser trasladadas al hospital en ambulancias con los protocolos de emergencia habituales que existen para los hombres. Estos factores contribuyen a una mortalidad más elevada en las mujeres con enfermedad cardiovascular que en los hombres. Por tanto, se requiere una profunda reflexión que permita cambiar los conceptos tradicionales, a menudo erróneos, y aceptados habitualmente por el público general y los profesionales médicos acerca de quién presenta y muere por una enfermedad cardíaca, y cuáles son los síntomas que la preceden. Resultan fundamentales, tanto para hombres como para mujeres, enfoques basados en la evidencia para minimizar el tiempo desde la aparición de los primeros síntomas hasta el tratamiento.

El sesgo de género en cardiología proviene de un desequilibrio histórico en las investigaciones. Muchas de las pautas para el tratamiento del 50% de las enfermedades cardíacas que se producen en las mujeres se extrapolan a partir de estudios que incluyeron principalmente a hombres. En febrero del 2019, durante el evento de sensibilización pública, “American Heart Month, Women Heart”, una organización centrada en el paciente y centrada en las enfermedades del corazón de las mujeres, realizó una reunión informativa que abogó por: una mayor inclusión de las mujeres en la investigación cardiaca, el informe de las diferencias de sexo en la investigación y la sensibilización sobre las implicaciones para el tratamiento de las mujeres con enfermedades del corazón. Una investigación publicada en el Journal of the American College of Cardiology evaluó la participación de las mujeres en los ensayos de la enfermedad cardiovascular y reveló que están muy poco representadas en los ensayos clínicos para la enfermedad coronaria y la insuficiencia cardíaca.

La revista Circulation también ha publicado su tercer número anual de “Go Red for Women”, que se centra en las mujeres en cardiología, como médicos y como pacientes. Incluye datos del estudio de vigilancia del riesgo de aterosclerosis en las comunidades de EEUU y constata un alarmante aumento del número de mujeres jóvenes (de 35 a 54 años) hospitalizadas con infarto agudo de miocardio entre 1995 y 2014, en relación a una disminución en el número de hombres jóvenes hospitalizados en este mismo período de tiempo. La investigación también mostró que las mujeres jóvenes tenían sustancialmente menos probabilidades de recibir terapias basadas en pautas para el infarto de miocardio que los hombres jóvenes, y que a pesar del descenso en la mortalidad por enfermedad cardíaca, no hubo cambios en el grupo de las mujeres jóvenes. Es probable que un factor importante en estas estadísticas deficientes sea el fracaso de los modelos actuales de predicción de riesgo que se basan en factores de riesgo masculinos y las descripciones típicas de un infarto de miocardio que se producen en el contexto de una placa aterosclerótica rota. La predicción actual del riesgo no incluye los factores de riesgo femeninos, como la menopausia prematura o el parto prematuro entre otros. Tampoco describe el mayor papel de otras patologías en el desarrollo de la isquemia miocárdica aguda en las mujeres, como la disección de la arteria coronaria, el espasmo arterial y la cardiopatía inducida por el estrés, lo que crea un error crítico en la estimación actual del riesgo cardiovascular.

Los vacíos históricos de la cardiología para adoptar un enfoque equilibrado de la investigación han lastrado el cuidado de las mujeres con enfermedades cardíacas y han costado la vida a muchas de ellas. La Comisión de la revista médica Lancet sobre la Mujer y la Enfermedad Cardiovascular, se propone revisar los problemas y ofrecer recomendaciones claras que finalmente puedan cambiar la inequidad que experimentan las mujeres con enfermedades cardíacas.

 

Fuente: The Lancet, 9 Marzo 2019