Como podemos evitar el contagio al Covid-19
La dosis produce el veneno. La cantidad y el tiempo de exposición al virus tienen mucha importancia. Cuando los expertos recomiendan usar mascarillas, mantenerse al menos a dos metros de distancia de los demás, lavarse las manos con frecuencia y evitar espacios llenos de gente, lo que realmente están diciendo es: Trate de exponerse a la mínima cantidad de virus.
Algunas partículas virales no pueden producir la enfermedad: el sistema inmunitario vencería a los intrusos antes de que estos pudiesen contagiar. Pero, ¿Qué cantidad de virus se necesita para producir la infección? ¿Cuál es la dosis mínima efectiva? Una respuesta precisa es imposible. Son los virus respiratorios comunes, como la gripe y otros coronavirus, los que deben darnos esas respuestas. Pero los investigadores han encontrado poca consistencia.
Para el SRAS, también un coronavirus, la dosis infecciosa estimada es de sólo unos pocos cientos de partículas. El nuevo coronavirus, SARS-CoV-2, es más similar al virus del SRAS y, por lo tanto, la dosis infecciosa puede ser de cientos de partículas. Pero el virus tiene el hábito de desafiar las predicciones. Por lo general, las personas que albergan altos niveles de patógenos, ya sea de la gripe o del SRAS, tienden a tener síntomas más graves y son más propensas a transmitir los patógenos a otras personas.
Pero en el caso del nuevo coronavirus, las personas que no tienen síntomas pueden tener cantidades de virus en sus cuerpos, tan altas como las que están gravemente enfermas, según algunos estudios. Y los pacientes con coronavirus son más infecciosos de dos a tres días antes de que comiencen los síntomas.
Algunas personas son muy transmisores del coronavirus y otras lo son muy poco. La forma de las fosas nasales de una persona, la cantidad de pelo nasal y de moco presente, así como la distribución de ciertos receptores celulares en las vías respiratorias a las que el virus necesita aferrarse, pueden influir en la cantidad de virus que se necesita para infectarse.
La dosis necesaria para el contagio también puede variar dependiendo de si se ingiere o se inhala. Las personas pueden contraer el virus tocando una superficie contaminada y luego llevándose sus manos a la nariz o la boca. Pero «no se cree que esta sea la forma principal de propagación del virus», según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EEUU. Esa forma de transmisión puede requerir millones de copias del virus para causar una infección, en comparación con la inhalación. Toser, estornudar, cantar, hablar e incluso respirar fuerte puede resultar en la expulsión de miles de gotas respiratorias grandes y pequeñas portadoras del virus. También es importante el tiempo que se permanece cerca de un portador del virus.
Está claro que uno no tiene que estar enfermo y toser o estornudar para que se produzca la transmisión. Las gotas más grandes y pesadas no pueden penetrar las mascarillas quirúrgicas. Pero las gotas de menos de 5 micras de diámetro, llamadas aerosoles, pueden permanecer en el aire durante horas. Estas viajan más lejos, duran más y tienen el potencial de propagarse más que las gotas grandes.
Tres factores parecen ser particularmente importantes para la transmisión de aerosoles: proximidad a la persona infectada, flujo de aire y tiempo. Un baño público sin ventanas, con elevado movimiento de personas es más arriesgado que un baño con una ventana, o un baño que rara vez se usa. Una breve conversación al aire libre con un vecino con mascarilla es mucho más segura que cualquiera de los escenarios anteriores.
Recientemente, investigadores holandeses utilizaron una boquilla de pulverización especial para simular la expulsión de gotas de saliva y luego rastrearon su movimiento. Los científicos descubrieron que abrir una puerta o una ventana puede hacer desaparecer los aerosoles. «Incluso la brisa más pequeña hará algo», dijo Daniel Bonn, un físico de la Universidad de Amsterdam, que dirigió el estudio.
Además de evitar espacios interiores concurridos, lo más eficaz que la gente puede hacer es usar mascarillas. A pesar de no proteger completamente de las gotas cargadas de virus, las mascarillas reducen la carga viral y la posibilidad de contagio
En resumen, este es un virus para el que el lavado de manos no será suficiente. Es fácilmente transmisible al hablar o cantar. Estos hallazgos, hacen que las prácticas de distanciamiento social y el uso de mascarillas sean esenciales, especialmente a medida que abandonamos el confinamiento.
Por tanto, tenemos que limitar las aglomeraciones y usar mascarillas.
Adaptado de: The New York Times y New England Journal Medicine, Mayo 2020
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