Nuestro cuerpo se revela contra el exceso de azúcares

La industria azucarera, con sus diferentes productos, como las bebidas gaseosas o carbonatadas nos han venido engañando. Estas multinacionales, incluso, han pagado a investigadores para dirigir estudios fraudulentos acerca de los efectos saludables de los edulcorantes (aditivos), adornándolos con nombres engañosos. Y así han conseguido añadir azúcares al 75 % de los alimentos procesados. El exceso de azucares es la principal causa de la epidemia de obesidad y diabetes.

El resultado es que como estos productos nos invaden, la mayoría de nosotros sucumbimos a sus deliciosos sabores, que por otra parte nos incitan a comer demasiado causándonos serios problemas de salud, como son la obesidad, diabetes y otras enfermedades. La única forma de tomar la cantidad adecuada de azúcar es asumir que debemos cuidar nuestra salud y ser conscientes de que la industria se está beneficiando en perjuicio de nuestro propio cuerpo.

Podríamos hacer la prueba dejando de tomar durante un mes todo tipo de azúcar, que no es nada fácil, pero al final vamos a saber perfectamente el tipo de azúcar que echamos en falta. Por supuesto dejaríamos de tomar igualmente los productos procesados y tomaríamos más verduras, frutas, huevos, nueces, carne y pescado. Después de esta experiencia se ha demostrado que se puede reducir el azúcar sin gastar más dinero, ni perder el placer de comer. Y es que el tema gira en torno a los edulcorantes y no en el azúcar natural de las frutas, verduras y lácteos. La mayoría de los investigadores creen que el azúcar es azúcar, da igual de donde procede, pero no es así, porque cuando tomamos azúcar de los productos naturales, no tomamos más que el necesario, nadie se come 5 manzanas de una vez.

A continuación se destacan algunas consideraciones que nos puede servir de Guía:

El desayuno no debe ser necesariamente dulce, puede ser muy variado: leche, pan integral, yogur natural, huevos, frutas, nueces y cereales de avena son deliciosos y sin ningún tipo de azúcar añadido.

Es necesario cambiar la despensa
Retirar aderezos, salsas de sobre, crackers y panes con azúcares innecesarios. Es importante leer las etiquetas (guía colesterol, página 52) para conocer los ingredientes.

Eliminar las bebidas carbonatadas.
Las sodas y las bebidas deportivas son esencialmente azúcar líquido. Y son las mayores fuentes de edulcorantes.

En los restaurantes mucha atención a los postres
Cuando comemos fuera de casa, habitualmente nos sirven porciones familiares y no individuales. A veces una tarta que nos tomamos en determinados restaurantes puede llevar más azúcar de lo que nos correspondería tomar en un día.

Cómo podemos frenar esta tendencia
El mayor problema es que los azucares añadidos están en todo tipo de productos de nuestra dieta actual. Están en el pan de los sándwiches, en algunos fiambres de pollo, york, galletas, pepinillos, aderezos para ensaladas, cereales edulcorados, así como en los postres y bebidas edulcoradas. Y en todos hay un problema añadido que incitan a comer más.

Pero cómo hemos llegado hasta aquí
No ha sido de forma accidental. La industria lleva décadas dirigiendo campañas agresivas culpabilizando de la obesidad a las grasas. Los investigadores sin embargo, evidencian que la sobreabundancia de carbohidratos simples y el azúcar en particular suponen el principal problema de las dietas modernas, que están detrás del desarrollo de la diabetes y de la obesidad. Sería deseable que la población tome conciencia y empiece a reducir este tipo de productos.

Según los expertos, debemos cortar con los edulcorantes, como:
Los granulados de azúcar, miel, estevia y melazas. Y no preocuparnos de los azúcares de las frutas naturales, verduras o lácteos, porque no vamos a comer más que lo necesario, puesto que su contenido en fibra, minerales y vitaminas nos van a saciar.

Dosis recomendada de azúcar:
Un adulto no debería tomar más de 50 gramos (12 cucharaditas), incluso 25 gramos sería más saludable.

El Plan a seguir:
Cambiar la dieta no es fácil, pero si al hacer la compra, no paras de pensar en ese tipo de productos, seguro que “algo cae”. Es mucho más efectivo pensar en nuestra salud. Y otra estrategia a considerar es eliminar todos esos productos durante un mes y después recuperar los que eches en falta. Es mucho más fácil de lo que parece.

Fuente: The New York Times