Inmaculada Rivera Santos
25 años
Villacañas (Toledo), residente en Madrid
Inma, como la llama todo el mundo, es el ejemplo perfecto de lo fáciles que son las cosas cuando se conocen y se ponen medidas a tiempo. Desde que sus padres supieron que era portadora de Hipercolesterolemia Familiar (HF), cuando apenas tenía un par de añitos, hicieron todo lo posible porque siguiera hábitos saludables, de manera que ahora, cuando tiene 25 años, no le cuesta ningún trabajo seguir las pautas habitualmente recomendadas. Inma, que necesita, pese a todo, medicación para controlar su colesterol, pertenece a una de las familias estudiadas en las recientes jornadas de detección de la Fundación Hipercolesterolemia Familiar en Toledo, concretamente en Villacañas. A ella, la HF le viene por vía materna, pero ha conseguido hacer una vida absolutamente normal, no ha padecido ningún episodio cardiovascular, y no parece que controlar este problema le cueste ningún esfuerzo. Le resulta sencillo seguir los hábitos que recomiendan los médicos en estos casos y que a otras personas, que descubrieron ser portadores de HF en la edad adulta, tan difícil se les hace.
Come de todo, aunque dice con gracia que cuando sus padres la formaron en la moderación lo tuvieron fácil porque de niña era muy mala comedora y ahora, por ejemplo, siguen sin gustarle demasiado los dulces. Tiene un hermano mayor, de 31 años, y una hermana pequeña, de 20, ambos portadores de HF, que toman medicación, pero ninguno tiene problemas con el colesterol.
En conclusión: han llegado a la edad adulta personas con HF que han sido tratadas desde niños de este problema y que pueden controlar sus cifras de colesterol, con medicación, haciendo vida normal.
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