Gonzalo Fernández de la Hoz

Empleado de banca, 43 años

Hace 14 años que el colesterol entró en su vida. «Me llamó mi madre y me dijo que nos teníamos que mirar toda la familia, porque dos sobrinos, con 4 y 5 años, tenían más de 400 de colesterol». Se hicieron análisis y resultó que todos tenían altísimo el colesterol: su padre, sus cuatro hermanos y Gonzalo, él con más de 425. Entonces se explicaba mejor el infarto de su padre, seis años antes, a la edad de 50 años, o el infarto de su hermano mayor, con 31 años, el padre de uno de los niños con colesterol elevado. Toda la familia se puso en tratamiento. Aún así, una hermana de Gonzalo sufrió otro infarto hace cuatro años y tiene un triple bay-pass. Y en abril de este año, otra hermana más pequeña, ha sufrido una angina de pecho con 35 años.»De la familia, sólo nos hemos librado dos». Con este historial familiar, Gonzalo se toma en serio su dieta y su tratamiento con estatinas y resinas. Y el de sus hijos.»Me preocupaba que mis hijos lo heredaran. Mi hijo lo tiene el colesterol normal, pero mi hija tiene más de 300. La miramos cuando sólo tenía un año y ahora con 12 años toma resinas y se hace revisiones semestrales». Así, Gonzalo y su familia evitarán que siga la mala racha.